Lengua. Bibliotecas y otros archivos
Lengua. Bibliotecas y otros archivos
Castilla del Oro y Provincias vecinas. Mapa impreso a comienzos del siglo XVII,
con datos que corresponden a 1540- 1550. Mapoteca 4, X-29, Archivo Nacional Bogotá.
Los mapas que publicamos en
este número constituyen una bella síntesis de cómo ha
evolucionado la imagen que los archivos cartógrafos se han hecho de nuestro territorio.
Para un lector desprevenido, una de las más curiosas comprobaciones es ver cómo
el territorio de lo que hoy es Colombia se ha expandido y encogido. Por
supuesto, esto dice algo de la política poco activa de ocupación territorial de
las áreas de frontera con anterioridad a las negociaciones de límites: buena
parte del territorio amazónico que figura en los viejos mapas y que hoy hace
parte del Brasil correspondió a este país como resultado de una mayor presencia
real en las áreas en disputa. Muestra, también, que a veces esas negociaciones
fueron hechas en forma descuidada y sin firmeza. Pero indica igualmente las
ilusiones nacionalistas de cartógrafos y gobiernos, que colocaban como propias
del país (y lo mismo ocurría en los países vecinos cuyos mapas del siglo XIX
muestran una Colombia muy recortada) zonas inmensas de selvas vírgenes
escasamente habitadas por poblaciones que desconocían la existencia misma de
nuestra nación.
Algunos mapas son especialmente
interesantes. Destaco el de José Aparicio Morata, encargado y dirigido por ese
burócrata infatigable del siglo XVIII que fue Francisco Antonio Moreno y
Escandón: primer mapa de toda la Nueva Granada producido localmente. Y en el
siglo XIX, los que reflejan la división en provincias, en una época en que
estas entidades, recreadas ahora por la nueva Constitución, eran una realidad
vivida. Sin duda, muchas de las provincias que se reconstituirán en los
próximos años, en desarrollo de las nuevas normas, van a seguir los linderos de
las de hace 150 años.
A los colombianos les falta
conocer mejor cómo ha cambiado el retrato, la imagen de su país. Los profesores
y estudiantes, los historiadores, no disponen de una buena cartografía histórica,
donde encuentren cómo ha cambiado la ocupación del territorio colombiano,
cuáles eran las actividades económicas en diversas épocas, cómo era el sistema
de comunicaciones. La presente publicación, que divulga mapas originales, puede
servir de invitación a dibujar un nuevo retrato gráfico de Colombia.
Tabula Americae Specialis
Geographica. Guilielmus de L’Isle, Siglo XVII.
París, Herederos de Homanianos.
Mapoteca 4, X-65, Archivo Nacional Bogotá.
El estudio de los archivos
y su documentación es tan antiguo como la organización social de la humanidad.
Sus orígenes podrían remontarse a la aparición de la escritura. Los primeros
archivos aparecen con los primeros Imperios. Eran una herramienta de control de
la población y de la riqueza.Desde las monarquías
surgidas en el Asia Anterior hasta el Bajo Imperio Romano, pasando por las
civilizaciones egipcia y griega, se tiene constancia de la existencia de
archivos y de fondos organizados. Los primeros documentos
son documentación legal (leyes), documentación de control de las personas
(padrones), documentación de hacienda (censos, catastros, títulos de
propiedad). También hay mucha documentación militar (registros de soldados,
quintas) y mucha documentación privada. Las excavaciones de Tell
Hariri, Ras-Shamra o Nipur han dejado muestras de la existencia de archivos en
la antigüedad: archivos reales, de los templos e incluso bancarios. Las
excavaciones de Ugarit son las únicas que han dejado constancia de la
organización de los fondos. El reparto de la
documentación en las salas es buen ejemplo del respeto y conservación de los
archivos bajo una clasificación rigurosa. Pero desconocemos su clasificación
original y por tanto los criterios empleados. En total se han excavado
cerca de 400.000 tablillas de arcilla. Los Sumerios, los Arcadios y los
Babilonios escribían sobre ellas. Eran tablas rectangulares con esquinas
redondeadas y se escribía estando blandas. Escribían con un punzón metálico. Se
usaba la escritura cuneiforme. A veces se escribía sobre madera, marfil y
pieles. Los archivos y
documentos estaban a cargo de los Escrivas. Eran una clase dirigente que se
originan en el servicio a los templos. En Ur, el archivero era además inspector
de canales. Se crean depósitos especiales
para los archivos. Se buscaba que tuvieran una climatización adecuada. Las
tablillas se colocaban en las paredes sobre estanterías de obra recubiertas de
asfalto. También se colocaban en
nichos independientes. Se les mete en cajas de madera, cestas de paja, jarras
de arcilla. Los documentos
normalmente eran de acceso restringido. Solamente podían utilizarlo sus
productores y los oficiales de la administración con autorización previa. Destacaban el archivo de
Ebla (23 Antes de Cristo) con 17.000 tablillas de arcilla. Se encontraron
libros con contabilidad, registros de transacciones mercantiles, estatutos de
gobierno y tratados de esta ciudad con otras de su entorno. En Mari, en el 1700
Antes de Cristo, se encontraba Iasim Sumus, el primer archivero del que tenemos
noticia. EGIPTO Y EL ARCHIVO En Egipto, es básico el
archivo, porque no se sostiene si no se pueden registrar las propiedades y la
producción. Después de cada inundación que sufría el río Nilo, había que
reconstruir las propiedades. El factor que hace que
los archivos en Egipto sean abundantes es la materia escritoria. Escriben sobre
pápiro. Tiene desventajas porque es frágil. Pero entre las ventajas, es que es
barato. Es un material fácil de escribir en tinta. Se escribe con pinceles hechos
en junco. Se puede guardar en forma de rollos y se puede tener gran cantidad de
documentos en poco espacio. También emplean trozos
de cerámica o tablillas de arcilla sobre todo para la correspondencia
diplomática. También los Escrivas
escriben en Egipto. Son personajes influyentes en la política nacional. Solían
ser príncipes de las casas reales. En muchos documentos
encontramos notas indicando que se pase al archivo, que se guarde
correctamente, etc. Las clases de documentos
que se producen en Egipto son registros de propiedad, catastros, cuentas,
listas de reyes, y a veces, documentos privados. Había archivos en los
Palacios Reales, en los Templos y en las oficinas gubernamentales. En cada
provincia, había un archivo provincial, heredado poco después por los romanos.
También se deposita documentación privada como actas matrimoniales,
transacciones particulares, recibos, etc. Utilizaban etiquetas
para identificar su rollo de pápiro. Se incluía año, símbolo del faraón,
responsable del documento y los asuntos. Iniciaron la práctica de
destrucción de documentos y su posterior reutilización. Es el inicio del
expurgo. EL USO DEL ARCHIVO EN
GRECIA Las fuentes que poseemos
sobre los archivos griegos son indirectas: los historiadores, las inscripciones
epigráficas y los restos arqueológicos. La conquista violenta que sufrieron ha
hecho que se pierdan fuentes importantes para su historia. En Grecia, se encuentran
archivos idénticos a los egipcios. Son de tablillas de arcilla con
documentación económica. Cuando se organiza el Estado en Atenas, no hay
archivos, pero hay hombres memoria. Daban fe de lo que se trataba en el
Consejo. En el siglo V Antes de Cristo, aparece el archivo escrito. Se emplea
el pápiro empleado en Egipto, tablillas de madera, para documentos de uso
frecuente. Se emplea la piedra de mármol cuando se quiere que los documentos
sean conocidos por todos y el pergamino. Los primeros archivos,
son los archivos de la ciudad, guardados siempre en templos. En Atenas, se
guardaban en el templo de Cibeles. Los archivos atenienses conservaban actas
del Consejo de Gobierno, listas de ciudadanos, tratados con otras ciudades y
documentos patrimoniales. Las referencias son cronológicas. El acceso era
público para los ciudadanos. En Grecia, el jefe del
archivo, era el presidente del comité ejecutivo de la Asamblea Nacional. Era
puramente ceremonial. Escribían los secretarios del Consejo, sus ayudantes y
los esclavos escrivas. Surge el concepto de publicidad como atributo propio de
los archivos públicos. Se contempla el principio de autenticidad documental y
su vigor legal. Hoy en día, no nos queda más que referencias literarias. A partir de Alejandro
Magno, se une la tradición de los archivos griegos y orientales, sobre todo de
los persas. La cancillería persa
funcionaba con la tradición de los archivos. Confeccionaban registros. Estaban
ordenados cronológicamente. Cuando el rey se trasladaba a otro palacio, se
llevaba copias. Los persas eran polivalentes. Empleaban tablillas de arcilla,
pergamino y pápiro según la función de los documentos. Para los archivos
definitivos, empleaban tablillas de arcilla. Para la correspondencia y el valor
temporal, se empleaba el pápiro sellado con sellos de arcilla. El pergamino se
empleaba para la correspondencia definitiva. Alejandro Magno
desarrolló una maquinaria estatal muy potente y unos buenos archivos, que se
reflejan en las provincias, sobre todo en las Seleúcidas en Siria y los
Ptolomeos en Egipto. En la época de los
Ptolomeos, se crean archivos especializados en propiedades privadas.
Desarrollaban los trámites administrativos de los documentos. Por un lado se
guardan los originales, por otro se guardan los resúmenes, por otro los índices
de los documentos originales. Tienen un desarrollo espectacular los archivos
privados. ROMA Y EL ARCHIVO En Roma, se empleaban
tabletas de madera, bien albas, bien ceratas. Las albas se empleaban cuando el
documento se quería que tuviera una duración indefinida. Las ceratas se usaban
para documentación que no se quería conservar indefinidamente. Los primeros archivos
romanos son los públicos. El primero es el archivo del tesoro (Aerarium).
Estaba situado en el templo de Saturno. Recogía toda la documentación económica
de la República y los comentarios de los cuestores, además de las sentencias
del Senado. También había archivos especializados como el de los Tribunos de la
Plebe. Estaba en el Templo de Ceres. Era independiente, porque no se fiaban de
los Senadores. Pensaban que podían destruirse los registros electorales y las
resoluciones favorables a la Plebe. También existía el archivo de los Censores
en el Templo de las Ninfas. Se conservaban los registros de los cabezas de
familia. También existía el archivo de los Pontífices. Recogía toda la
documentación necesaria para la elaboración del calendario. Además, en este
archivo se recogían todas las fórmulas sagradas que se utilizaban en los
sacrificios y los informes que los Pontífices redactaban sobre los problemas
legales. En el año 78 Antes de
Cristo, se construye el Tabularium, el Archivo Central de Roma. Se construye en
pleno Foro junto al Senado. Tuvieron la previsión de construirlo en piedra. Junto a estos archivos
públicos, en cada casa existía un archivo familiar llamado Tablinun. Estaban
situados junto al altar de los dioses familiares. El personal de archivos
estaba liderado por los cuestores. Los que se encargaban del archivo eran los
librarios o secretarios. Con la llegada del
Imperio, se crean los archivos provinciales, y se crea el archivo del César, y
se crean secciones distintas como milicia, hacienda, patrimonio y diplomática. Se desarrollan los
archivos del notariado. A partir de Justiniano, aparece el notario, que se
encarga de dar fe de documentos privados. Antes existían los documentos
emanados del gobierno central. Aparecen los archivos de protocolos. El archivo en esta época
se definía como lugar sagrado y los papeles tanto públicos como privados
obtenían custodia y seguridad. El acceso estaba reservado a determinados
funcionarios y la documentación pública era un instrumento para el ejercicio
del poder. Sus archivos estaban centralizados hasta que Justiniano estableció
que debería de existir uno por cada provincia. LA EDAD MEDIA EN EL USO
DEL ARCHIVO Con los bárbaros, llega
la disolución de las estructuras administrativas del Imperio Romano y se
destruyen los archivos. El derecho germano se va superponiendo al romano. En el
siglo VI, el pergamino sustituye al pápiro como medio de escritura. El pergamino
es caro, y por lo tanto encarece los documentos. Entre los siglos VI y XIII,
apenas se escribe. La lengua en la que se escribe, también hace costosos los
documentos. El documento se
convierte en un objeto sagrado. De la letra romana se derivan letras distintas,
hasta que en el siglo XI aparece la letra carolina. Se produce una caída del
documento escrito, debido en parte al descenso del nivel cultural. No hay sedes físicas
como sedes de los archivos. Estamos en un período oscuro. Solamente se
conservan archivos en los monasterios. Allí se reúnen los pocos que saben leer
y escribir. San Benito de Nursia, redacta la Regla del Monacato de Occidente,
por la cuál obliga a que los monjes sepan escribir. Se adopta el formato
Códice, mantenido durante siglos. El primer intento de
organizar un archivo estatal corre a cargo de Carlomagno. Organiza una
cancillería, y desde allí, salen aptas de las reuniones con los nobles,
diplomas y capitulares. Este primitivo archivo tenía su sede en Aquigrán. Los
vikingos acabaron con este archivo. Todos los demás archivos
europeos inician su andadura en el siglo XI, cuando se consolidan los reinos
europeos. Los reyes montan sus archivos para guardar sus documentos. Los
archivos no son fijos, van con el rey. Por ello se pierden muchos documentos.
En la época visigoda aparece el thesaurus, que era el lugar en el cual se
guardaban los documentos del rey, los códigos y los tratados internacionales. En esta época se
guardaban también los documentos de propiedades y privilegios feudales. Se
desarrollan dos instrumentos archivísticos muy interesantes: Los Registros y
los Cartularios. Los registros son libros
o cuadernos donde se transcriben documentos otorgados por una persona o
entidad. Los primeros registros que se conocen se elaboraron en la Cancillería
Pontificia en el siglo XII. Para que tengan valor, deben hacerse por voluntad
del que emite la documentación. Es la única institución que conserva la
tradición administrativa romana. En los Cartularios, se
copian las cartas que se reciben. Reciben el nombre de Rollos, Becerros y
Tumbos. Este sistema se mantiene a lo largo de toda la Edad Media. Se conservan
los documentos solemnes y de valor. La práctica de los
registros se extiende por el resto de Europa. Juan sin Tierra, es el primer rey
inglés que pide que se le registren sus cartas. En la Península Ibérica, los
primeros registros importantes son los de la Corona de Aragón. El Domesday, es un libro
de registro editado por Guillermo el Conquistador. Está escrito en latín. Se
registran todas las propiedades de los nobles ingleses. En el siglo XII se
recupera el derecho romano y el procedimiento administrativo inherente. Se
introduce una clasificación sistemática y una clasificación cronológica y se
comienzan a conservar en legajos. Entre los siglos XIII y
XIV se comienzan a crear archivos de entes locales, archivos eclesiásticos con
una red estructurada y organizada y archivos privados. EL ARCHIVO EN EL ANTIGÜO
REGIMEN En el siglo XV, se
empiezan a montar archivos reales con una sede fija. Recuperan documentos de
manos privadas y buscan lugares seguros para depositar el archivo. Nombran
archiveros casi profesionales. El primer archivo serio, se lo debemos a
Maximiliano I de Habsburgo. Quería centralizarlo en Innsbruck. Los Reyes Católicos
ordenan la concentración de sus archivos en la Chancillería de Valladolid. A partir del siglo XVI
aparece el concepto de archivo de Estado. Se caracterizan estos archivos por la
concentración de todos los fondos documentales dispersos. España fue la pionera
en la creación de este tipo de archivos. En 1543, Carlos I de
España funda el Archivo General de Simancas. En Portugal, se crea el Archivo
Central en la Torre de Tombo (Lisboa). En Francia, intentan crear un archivo en
el Louvre. En Inglaterra, en 1578, se crea un archivo para los papeles de
Estado. En Italia se crean los archivos de Florencia, Siena y los Archivos
Vaticanos. Aparecen tres
herramientas de descripción nuevas: los inventarios topográficos, los
inventarios cronológicos y los inventarios por asuntos. A lo largo del siglo
XVII se mejoran los métodos de concentración archivística y se organizan los
archivos administrativos A finales del siglo
XVIII, empieza la investigación en los archivos. En España, la persona que
simboliza este trabajo, es el padre jesuita Marcos Burriel, pero la
investigación que se hacía en esta época, era bajo sospecha, porque eran
Archivos de la Corona. Se necesitaba un permiso específico que raramente se
concedía. EL ARCHIVO EN EL SIGLO
XIX Con la Revolución francesa,
se produce una revolución en los archivos. El 25 de junio de 1794 se
nacionalizan los archivos franceses. Se crea el Archivo Nacional, y se reconoce
el derecho a la consulta de los documentos públicos. Este derecho, se reconoce
en España en 1844. El Archivo Nacional de España se crea en 1868. Se crean las
Escuelas de Archivística y se inicia la publicación periódica de los documentos
más importantes de los archivos. Napoleón pretendió
concentrar en París los archivos de los diversos países europeos. En el siglo
XIX, se empiezan a depositar en los archivos soportes distintos del papel, como
la fotografía o la microforma. Se empiezan a conceder los archivos como fuente
de poder, sustanciados sobre los conceptos de los derechos del Estado sobre los
documentos públicos, la estructuración de sus fondos y la concepción del
archivo como territorio infranqueable. Se detecta una
conciencia de la documentación como fuente de información para el ejercicio del
poder interno y externo. Se constata a través de los siguientes conceptos: Los
derechos del Estado sobre los documentos públicos, conciencia de las entidades
públicas o privadas sobre la importancia de sus documentos y concepción del
archivo como territorio infranqueable. Durante el siglo XIX se
inicia el período de desarrollo archivístico que configura la archivística como
una disciplina creciente y cuyas necesidades de partida fueron las siguientes:
concentrar la documentación de las entidades desaparecidas y concebir un
sistema global de organización de los fondos documentales. Se crean grandes
depósitos documentales para concentrar fondos. Estos archivos no fueron
creados solo con la idea de conservar la documentación oficial. En España se
crean también para conservar la documentación de las entidades religiosas
desamortizadas. Se comienza a diferenciar entre archivo histórico y
administrativo. Nacen dos elementos de
descripción: la analítica, que hace de los documentos consideraciones de orden
paleográfico, diplomático e histórico y la sintética, que consisten en
describir la mayor cantidad posible de documentación. Nace el principio de
respeto de los fondos basado en tres premisas: Todo fondo es producto natural
de la actividad, la concepción del documento viene dada por su estructura
interna y exige el conocimiento de los procesos administrativos del autor. SIGLO XX. ARCHIVOS
INTERMEDIOS En el siglo XX, se crean
archivos intermedios, que conservan documentos que ya no tienen valor
administrativo pero que todavía no se sabe si se van a conservar o no. En su
primera mitad se caracteriza por la consolidación de los avances experimentados
y una producción profesional más abundante. La archivística se debate entre lo
decimonónico y la modernidad. En los países desarrollados aumenta la
sensibilidad social por los archivos. La Profesión continua sin despegarse de
su adscripción a la documentación histórica. Crecen los archivos
privados por la creación de las distintas Leyes de Archivos. Un carácter
importante de los archivos en el siglo XX, es el carácter que le da la
legislación. Identifica que es un documento de archivo. Las necesidades de la
administración obligan a la profesión a replantearse sus presupuestos, ya que
abarcan desde las oficinas hasta la conservación definitiva. Otra cosa importante es
la creación de redes y de sistemas de archivos. Una red, es un conjunto de
instituciones archivísticas que tienen un convenio entre sí. Para que haya una
red, tiene que haber un acto jurídico para que el archivo se comprometa a
participar. Un sistema de archivo es un conjunto de elementos que componen la
política archivística de un país determinado. Tiene que haber una Ley de
Archivos y una red de archivos y unas prácticas archivísticas comunes. También
componen el sistema de archivos el personal y los archivos. La Segunda Guerra
Mundial marca el despegue de la archivística por la necesidad de investigar y
difundir el conocimiento y la expansión de la democracia como modelo de
organización social. Por ello la archivística y los profesionales varían
considerablemente. La literatura
profesional se dispara y evoluciona al ritmo de las nuevas necesidades y el
campo de actuación de la archivística se ha extendido al de la Administración.
La ampliación del mundo archivístico ha llevado a la participación del mundo
profesional y las nuevas tecnologías han abierto campos inéditos como el
audiovisual y la informática. Las necesidades
informativas y el derecho al libre acceso han creado el campo del derecho y ha
dado lugar a un nuevo concepto sobre usuarios. El mundo archivístico desborda
el ámbito nacional y trasciendo a lo universal. Hasta el comienzo del siglo
XX, los archivos estaban aislados porque funcionaban por libre. Con la llegada
del siglo XX, se acaba el aislamiento de los archivos, ya que se creen redes de
cooperación y sistemas de archivos. Relacionados Historia de los archivos http://www.mundoarchivistico.com/?menu=articulos&id=289
Entradas más recientes Página Principal
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)